Redactado en 2018
La gloria celestial que expedías en vetusto puede que subyazca en alguna parte de tu alma... Gente que en algún momento fue magnífica, me niego a creer que sea incapaz de volver a serlo.
Aquellos, al saber cómo llegar a tal grado de benevolencia, no deberían tener dificultad para mantenerse a la altura; a menos que las características que presumo tuyas, nunca lo hayan sido, y apenas me esté percatando de la mentira tan desmesurada que por neófita admití, cegada por sobrevalor inmiscuido en mi ilusión.
La actitud de desprecio que manejas ahora, incapaz de ser pacífica, es lo que te define como persona. Posees una energía tan mísera, que prefiero ignorar tu estancia en el espacio y olvidar tu nombre.
Sin importar cómo te vea el resto, ni cómo te expreses ante los demás, tus acciones repletas de odio y rencor son lo que te definen en este momento.
En el recuerdo yace tu belleza, por más dulce y amigable que aparentes ser, tus acciones son reflejo de la personalidad y carácter que posees, sin importar frente a quién te presentes, ni a quién te dirijas.
Decidiste concentrarte en tu dolor y lentamente te fuiste estancando en el resentimiento. A tal grado, que ya no te reconozco como un ser de luz y muchos comienzan a notar el cambio.
Ahora caminas pesada, por lo insoportable del rencor que nubla tu alegría.