Redactado en 2018
Me imagino parada en un eterno vacío, nada existe. Estoy en presencia de una luz interminable que no deja de expandirse. Más allá de mí, no hay nada.
En el centro del plano, imagino la desnudez de mi alma yendo a un extremo tan literal, que la piel me ha sido removida en su totalidad y lo único que se encuentra presente es... Mi cuerpo formado de huesos a músculos y nada más.
Así de sincera quiero ser, me quiero expresar y dar a conocer que te amo.
Bajo el yugo del prejuicio, cargando el peso de mi ignorancia;
Ciega, condenada entre laberintos;
Descalza, caminando sobre la cuerda floja;
Segura, como una puerta sin candado.
Pero esforzándome para no ser aplastada, para encontrar la salida, encontrar mi camino y llegar a mi destino. Un amor tan libre de pecados y angustias, que solo se puede comprender hasta que se siente por una misma.
En el infinito de mi soledad, en lo más profundo de mis pensamientos, en carne propia y sin ninguna clase de máscara, te amaré.