ROSAL

Redactado en 2019

Sembraste tu semilla en tierra fértil compostada y regaste con orgullo la planta que se asomaba, desbordando la maceta en que me mantenía, pudriendo las raíces con las que vivía.

Permitiste que yo planta obtuviera luz de día y asustado al ver la rosa en que me convertía, cortaste mi cabeza que mucho relucía.

Rodaron mil ideas en suelo maltratado, espinas puntiagudas que mis pétalos rasgaron, flor bañada en rojo por heridas del pasado. 

Pérdida abismal que me dejó derrotada, sufrimiento infernal que la vida me quitaba, luz en la oscuridad que por más que me buscaba, yo no podía encontrar, por el dolor que me cegaba. 

Al paso de los años mi tallo se fortalece, y aunque puede que aveces, aunque sea por unos meses, se regrese mi tristeza y me comience a secar, hoy soy un arbusto con mil flores por pintar. 

Gracias jardinero por renunciar a tu labor, pues por eso hoy me moldea alguien mucho mejor, que me sacó de la maceta y me plantó con mucho amor, en un jardín todo rodeado de esfuerzo y corazón.