Redactado el 22 de septiembre del 2020
Es un concepto moralista instrumentalizado por las religiones (patriarcales) para controlar, sesgar, manipular y privar de su libertades a las personas socializadas como mujeres.
Es de resaltarse que, antes, algunas sociedades consideraban a las niñas o "mujeres vírgenes" como un vehículo para aproximarse a las deidades, esto, porque se les pensaba “mujeres no pervertidas o en su estado más puro” (cuando el sexo era visto como algo perverso, relativo de instintivo; sinónimo de salvaje).
Es así como históricamente se ha ido creando toda una mitología sumamente nociva alrededor de la sexualidad femenina, causando gran impacto en nuestra sociedad occidental.
De hecho, científicamente la virginidad no tiene ningún sentido; el himen no debería ser una capa que se rompa y ocasione sangrado al momento del coito. Ni siquiera es normal que una mujer sangre después de su primer relación sexual con penetración (esto es algo que más bien ocurre debido a la falta de una correcta lubricación o a exceso de rudeza).
Existe el mito de que "un himen intacto asegura que la mujer no está embarazada ni tiene una enfermedad venérea”, sin embargo, al ser el himen una membrana muy fina y elástica; puede irse desgarrando en orden a las diferentes actividades que la persona realice, de ahí que incluso andar en bicicleta pueda ser suficiente para romperlo. Además, las relaciones sexuales no consisten únicamente en la penetración (pensamiento falocentrista) por lo que se podrían contraer ETS a pesar de no haber tenido coito.