¿Las mujeres trans perpetúan

los estereotipos de género?

Redactado el 08 de abril del 2021

Algunes consideran que distinguir entre “transexual” y “transgénero” constituye un discurso biologicista, jerárquico, posible de malinterpretar y capaz de hacer sentir a algunas mujeres como si fuesen, de alguna manera, “más mujeres” por el hecho de haberse realizado una «genitoplastia feminizante» . Mensaje contrario al que, hoy en día, se está reconociendo y expandiendo a lo largo de la sociedad; ser mujer no significa, intrínsecamente, tener vagina.

De hecho, ser trans, no necesariamente implica modificaciones físicas, se trata más bien, de la percepción que tiene une sobre sí misme. Es decir, si te percibes mujer, lo eres.

Pero, por favor, no quiero que se confunda lo que digo, es importante recordar que no debemos juzgar a las "mujeres trans" que reciben hormonas, o se operan, para lucir un poco más como, estereotípicamente, la sociedad considera que debe verse una mujer. Aquellas modificaciones tienen un objetivo, más que nada, estético (aunque, sinceramente, la experiencia de toda persona es subjetiva, por lo tanto, cada quién puede interpretar tales modificaciones de diferente manera). Igualmente, ¿Por qué habríamos de juzgar nosotros a una mujer que se hace una rinoplastia, para sentirse más cómoda con el modo en que luce su rostro?, ¿Por qué menospreciar a una mujer que se realiza una mamoplastia para aumentar o disminuir el tamaño de sus senos?, etc.

Lo que redacto va en relación con lo que he escuchado, deducido y entendido, de los diferentes medios por lo que me he estado informando, a lo largo de los años. Sí, porque, la verdad, confieso no entenderlo todo, muchas cosas me son un poco difíciles al principio, pero, realmente, me estoy esforzando por comprender estos temas y contribuir positivamente a la sociedad.

He visto por ahí que las denominaciones “hombre” y “mujer”, tan aceptadas hoy en día, tienen un origen y/o trasfondo colonialista e incluso capitalista (además de visiblemente sexista, entre otras cosas). Por ello mismo, me resulta interesante la deconstrucción que se puede hacer de ambas categorías… Lo que quiero decir es que, no siempre hemos sido socializados como “hombres” o “mujeres”, no llevamos nombrándonos de esa manera desde el inicio de los tiempos, no es la regla, siempre han existido diversos géneros, diferentes maneras de definir y categorizar a los seres humanos. Este es un tema que requiere ser estudiado y comprendido, por ello lo menciono.

Sobre su relación con el feminismo

El movimiento debe luchar por todas las mujeres, procurando, de forma exhaustiva, abarcar todas las realidades, comprender las diversas luchas y trabajar en orden a erradicar cualquier tipo de violencia que sea ejercida en contra de nosotras; resaltando aquí, con especial énfasis, que no todas sufrimos los mismos tipos de violencia, opresión o discriminación.

Debemos ser conscientes de que nosotras mismas podemos llegar a ejercer violencia en contra de nuestras sororas, sin siquiera comprender de qué manera estamos siendo dañinas para ellas, por ello mismo, en este momento les extiendo la atenta invitación de mantenerse siempre en contacto con su empatía y solidaridad, para poder visualizar sus privilegios y comprender de qué maneras pueden contribuir a la « erradicación » de la relación privilegio-resistencia de la que hoy forman parte.

Recapitulando un poco...

Primero que nada, respecto a la « expresión de género » , debemos recordar que, el hecho de que una mujer trans vista “estereotípicamente” femenina, no quiere decir que tal vestimenta le identifique como tal, si no que más bien, esa manera de vestir “es una forma de utilizar un lenguaje cultural para señalarle al mundo en el que vives (que entiende a los vestidos y al maquillaje como femeninos) que eres una persona femenina” aunque tales estereotipos no te definan como mujer.

Por eso mismo, existen mujeres trans que no poseen, de manera generalizada, una expresión de género “femenina” (aunque eso depende de los gustos personales de cada quién), muchas comprenden que tal expresión (estereotípica) no las hace ni "más" ni "menos" mujeres, empleando otras formas para expresar su feminidad.

Yo, particularmente, ahora que lo pienso, no considero prudente afirmar que las “mujeres trans” nos deben femineidad, es decir, ni siquiera las “mujeres cis” nos deben femineidad.

Nadie le debe nada a nadie, toda identidad debe ser respetada, sin importar su expresión de género o qué tan similar sea a “tal” o “cuál” cosa, es más, para definir una identidad ni siquiera es importante haber nacido con vulva o pene; nuestra identidad nos pertenece a nosotres mismes y si nosotres decidimos denominarnos mujeres u hombres, es justo que se respete tanto nuestra decisión de hacerlo, como nuestra dignidad humana.

Los “hombres cis” pueden, o no, usar maquillaje y continuar identificándose como hombres, sin ser "más" ni "menos" hombre uno que otro. Las “Mujeres cis” pueden usar maquillaje, o no, y continuar identificándose como mujeres, sin ser "más" ni "menos" mujer una que otra. Funciona igual, porque somos iguales.

Es ahorita mismo que por fin comprendo por qué he llegado a escuchar, en diferentes ocasiones, que las ‘mujeres trans’ son mujeres. Esta frase, más allá de reafirmar su identidad, deja en claro que, realizar una distinción entre las “simplemente mujeres” (por haber nacido con genitales, cromosomas y gónadas colonialmente asociadas a lo que sería “ser mujer”, para después socializarlas conforme al género femenino y conseguir un provecho a partir de su opresión, por medio de estereotipos y roles) y las “mujeres trans” (mujeres que no se identifican con el género que les fue asignado al nacer), nos lleva a fomentar la idea relativista de que existe, propiamente, un “ideal femenino o ideal de mujer” al que todas deberíamos aspirar.

En pocas palabras, cada mujer vive una realidad distinta, se percibe a sí misma de diferente manera y posee una anatomía única e inigualable. Todas las mujeres son válidas, merecedoras de respeto e inclusión. Todas forman parte del feminismo, porque el feminismo comprende a todas las mujeres, en todas sus facetas y realidades.

Que al género femenino se le atribuyan determinadas normas sociales no quiere decir que identificarse con el género femenino equivalga a “ser” todos los roles y estereotipos que el cis-heteropatriarcado les impone a las mujeres. Por eso mismo, podemos erradicar tales roles/estereotipos y seguir identificándonos como mujeres, al no depender de ellos para definirnos como tal. Es el mismo sistema el que sostiene, fervientemente, la idea de que las mujeres debemos tener, obligatoriamente, vulva, para poder validarnos como mujeres; pero esa es una percepción demasiado simplista y generalizada, yo no soy mi vulva, ella no me define como persona, soy mucho más que tan solo una de mis características físicas.

Igualmente, las mujeres no son sus senos, ellas pueden incluso hasta removérselos quirúrgicamente y no por ello dejarán de ser mujeres (o serán menos femeninas). No soy una incubadora humana, tener hijos no me define como mujer, ser madre no me define como mujer, yo me defino como mujer. Lo mismo va con el cabello, ningún corte es inherente al género, eso sería, más bien, una forma de expresión, no de identidad (porque, aunque 100 personas nos definamos como mujeres, no quiere decir que expresemos nuestra femineidad de la misma manera).

Hoy en día, hemos evolucionado a tal grado que somos capaces de comprender cómo «no» existe una realidad universal; cómo «tode » vivimos nuestra realidad de manera diferente, identificándonos, expresándonos y existiendo, en forma diversa.

Ninguna mujer debería ser catalogada como “más” o “menos” femenina, porque no deberíamos apegarnos a un solo canon; ninguna es más ni menos mujer, porque no es justo excluir de la ecuación a todas aquellas que no corresponden a los estándares sociales tan solo determinativos de una única realidad.

Es mujer aquella que se identifica como tal

Reconocer las realidades de todas las mujeres fomenta el trato digno y el respeto hacia su humanidad. Negar su existencia las invisibiliza, lastima, oprime, discrimina y mata. Y todo eso, tan solo relacionado al binarismo trans; la conversación se podría alargar muchísimo más, pero, por hoy, este ha sido el mensaje que he querido compartir con ustedes.

Yo, una mujer, feminista, consciente de la importancia que tiene la interseccionalidad, dispuesta a escuchar todas sus opiniones, fundamentos e ideas, siempre y cuando estas sean dirigidas con respeto, comprensión y paciencia.

Quién sabe, igual y en el futuro todes dejemos de nombrarnos “hombres” o “mujeres”.